Barcelona, a Marzo 2019
LA ISLA DE VIVIENDAS: UN DESAFIO PARA BARCELONA Y EL FUTURO
La construcción de una Isla con unas 300.000 viviendas es uno de los proyectos estrella del candidato a la alcaldía de Barcelona 2019, Karl Jacobi.
El empresario alemán afincado en España se ha propuesto ganar la alcaldía con éste y otros proyectos estrella, porque por un lado persigue ilusionar a todos los barceloneses con soluciones concretas a la falta de espacio residencial, y por otro, como motor de dinamismo económico y de empleo.
El proyecto de la Isla de Viviendas ganadas al mar se fundamenta en varios argumentos: por un lado la escasez de suelo en Barcelona, que está haciendo con disparar el precio del metro cuadrado y la escasez de alquileres ya de por sí prohibitivos, y por otro, a las proyecciones de varios organismos internacionales. De acuerdo a la ONU y otras proyecciones, en el año 2.050 el 70% de la población mundial vivirá en grandes urbes, y Barcelona no será ajena a este fenómeno, en detrimento del aumento de la despoblación de las zonas rurales de España.
Ante este fenómeno y el creciente flujo migratorio, Barcelona tiene que estar preparada para dar cobijo a todos esos flujos de urbanitas que acudirán a residenciar en una ciudad española como la ciudad condal.
Las tensiones sociales, políticas y culturales que se pueden desencadenar por la falta de una vivienda digna, ha de llevarnos a idear fórmulas creativas como la Isla para descongestionar el mercado y evitar otros riesgos de conflicto social.
Aparte de la componente social y económica, la Isla de Viviendas que cada vez cuenta con más adeptos del sector profesional, pretende ser también un atractivo turístico. La idea es que el complejo residencial conforme los vocablos BAR-CE-LO-NA desde el espacio.
Pero el proyecto de la Isla de Viviendas será una empresa a desarrollar que conllevará años y dará empleo a miles de trabajadores tanto de forma directa como indirecta e inducida. Pretende ser autosuficiente, sostenible, ecológica, de baja huella ambiental, digital y conectada. Tiene que poder generar su propia energía renovable, aprovechar sus desechos urbanos y atraer a una nueva generación de inquilinos y residentes, pretendiendo ser además un prototipo en Europa, de talento y desarrollo de una mini-ciudad del futuro dentro de Barcelona.
La Isla de Viviendas contará con muchos detractores y será acusada de miles de plagas. Pese a todo, queremos adelantarnos al futuro y ser un piloto en el concepto de arquitectura residencial.
Será también un banco de pruebas para aunar nuevos oficios y desarrollos aplicados a la economía verde y economía digital para un perfil de cliente en demanda de espacio residencial asequible en un entorno 4.0.
En la isla de Viviendas podrán aplicarse nuevos conceptos de iluminación, conectividad, seguridad vial, pero también comunicaciones e infraestructuras.
Es fácil negarse al futuro, pero más fácil es oponerse al cambio y anclarse en lo ya conocido del pasado. NO queremos renunciar a la esencia histórica de Barcelona, sino todo lo contrario.
Mirar al próximo siglo desde este lado del Mediterráneo 4.0 y facilitar la habitabilidad de un nuevo hogar ganando “Lebensraum” de calidad al mar, al espacio acuático y al horizonte sin renunciar a la sostenibilidad y al máximo respeto por el medio ambiente y el patrimonio natural.
Sin comentarios